Qué es lo contrario al síndrome de Diógenes

De manera frecuente se muestran en los medios aclaraciones referentes a personas mayores que viven, ahora ocasiones tristemente mueren, rodeados de basura, en graves condiciones de insalubridad y pobreza; Hablamos de personas que sufren el llamado síndrome de Diógenes.

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Su nombre menciona a Diógenes de Sinope, pensador heleno del siglo IV a.C. C., cuya estricta especialidad ascética le llevó a reposar en un tonel ahora deambular con solo un gabán y una bolsa. Mostró una actitud anárquica, contraria a las convenciones políticas y sociales, fundamentada en el autocontrol, la privación y el desprecio por los bienestares mundanos.

¿Qué es el Síndrome de Diógenes?

Este es un síndrome viejo popular por la psiquiatría y radica en un abandono radical del precaución personal, en lo que se refiere a higiene, nutrición y salud, en personas que se aíslan de su ambiente, no van de sus viviendas y rechazan cualquier forma de asistencia externa.

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Esta nosología se da en jubilados solitarios, preocupados por la irreal ruina económica, con lo que empiezan a amontonar basura y viven en una situación de absoluta pobreza material.

Las cantidades van incrementando un año tras otro, y eso que todavía hay una cantidad enorme de casos sin cuantificar, que jamás fueron revelados, gracias a la inclinación de aislamiento que padecen los pacientes.

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  • Acumulación excesiva de elementos: Este es el síntoma mucho más popular. Los pacientes de Diógenes guardan cualquier objeto en el hogar.

    Algo que puede ser útil para todo el mundo, como utensilios o platos que serían basura para alguien que no está enfermo.

  • Abandono de la higiene personal: Con la acumulación, este síntoma ayuda a que la vivienda del perjudicado se transforme en un espacio inhabitable.

    En los primeros estadios de la patología, la carencia de higiene no es bastante flagrante ni alarmante, pero es un síntoma al que hay que prestar atención pues es un aspecto indicativo.

  • Deterioro físico: El síndrome de Diógenes supone una pérdida de las prácticas del día a día que aportan orden y salud a nuestra vida.

    De ahí que, al lado de la carencia de higiene, está la carencia de alimentos, esto es, un abastecimiento desproporcionado y en horarios impares.

  • Cierre. La persona con Síndrome de Diógenes no escuchará las causas y no cuestionará sus actos, por muy alarmantes que sean para su ambiente.

  • Aislamiento popular. Su inclinación a hundirse en sus pensamientos le va a llevar al aislamiento popular, separándose prácticamente completamente de su ambiente.

  • Pensamientos paranoides y su justificación. La persona con Síndrome de Diógenes puede desarrollar en su cabeza la iniciativa de que una futura catástrofe le ordena a almacenar elementos para una viable necesidad, y también procurará justificar sus acciones bajo esta idea.